¿A vosotros
os ha pasado alguna vez eso de salir del cine tras ver una película y
sencillamente quedarte como estás, con sensaciones contrapuestas y sin saber
muy bien si el film te ha gustado o no? Pues eso me paso a mi con la cinta de
la que hablamos hoy, “Hermosas Criaturas”, otra nueva apuesta, en esta ocasión
de Richard Lagravanese, inspirada en los libros de Kami Garcia y Margaret
Stohl, de proyecto de saga que trata de seguir la estela de Crepúsculo (porque
ya sabemos lo que pasa en Hollywood, si un producto funciona hay que explotarlo
hasta la saciedad).
En este
caso, no son vampiros, licántropos, hadas o alienígenas, sino brujas las
protagonistas de la historia. La acción transcurre en Gatlin, un pueblo
caracterizado por el fanatismo religioso de sus habitantes, enfoque, en mi
opinión desaprovechado, que sirve para mostrarnos la ya manida historia de amor
imposible entre dos razas, un humano y una chica con poderes, llamados en la
película casters, perteneciente a una misteriosa familia por sus
ininteracciones sociales y supuestas prácticas brujeriles, y que se debate al
llegar su 16 cumpleaños entre la luz y la oscuridad.
Las dos
horas de duración del film, en mi opinión excesiva, deja puntos brillantes y
altibajos destacables. Creo que uno de los principales defectos de esta
historia es el hecho de no aprovechar una trama potencial y la cierta monotonía
del guión, que sin embargo considero ingenioso en cuanto a lo que incumbe a las
escenas amorosas, tratadas con sentido del humor, desde un punto de vista ágil
y mucho menos “empalagoso” que lo que pudiera parecer en otras películas
similares. Otro de los que considero puntos débiles de la película es la
presencia de “efectos especiales” que dejan un tanto que desear (véase la
escena de la mesa girando) o una puesta en escena de la que no creo que se haya
sacado todo el partido posible.
Destacar el
reparto, uno de los puntos fuertes de la cinta, y que como viene siendo
habitual en este tipo de producciones, se compone de un elenco juvenil con
secundarios reconocidos y expertos. Alice Englert y Alden Ehrenreich,
protagonistas de la película y un tanto desconocidos hasta el momento, realizan
unas buenas actuaciones, y aunque demuestran química, su relación no llega a
atraparme como pudo pasar en otros films (supongo que más culpa del guión que
de sus actuaciones).
En el
apartado de secundarios encontramos a Emmy Rossum, sensual, divertida y correcta, así
como Viola Davis, que pasa un poco más desapercibida de lo que en un principio
me hubiera gustado imaginar. Sorprendida gratamente con Jeremy Irons, que no
cae en la sobreactuación y me convence en su papel de misterioso caster oscuro
pasado a la luz y protector de Englert, y ante todo, una destacable Emma
Thompson, que brilla con su personaje y para mi es de lo mejor de la película. Todos ellos ayudan a dinamizar una trama que
promete y a la vez se queda comedida.
A pesar de
un final abierto hacia la posibilidad de continuar con las adaptaciones
cinematográficas de esta saga, la escasa recaudación que ha obtenido de
momento, en comparación con su presupuesto, nos hacen predecir la no
continuación de esta historia. Mejorable en muchos aspectos pero de lo más
acertada en otros, este proyecto de saga se queda en un intento superficial de
aprovechar una trama que ofrecía amplias posibilidades, sin profundizar en las
problemáticas que el guión plasmaba. No la consideraría una pérdida de tiempo,
pero tampoco una película tan destacable como en un principio esperaba, pero aún así, la recomiendo. Cuestión de gustos, de opiniones y ante todo, de verla.
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